domingo, 5 de diciembre de 2010

Tratamientos Farmacológicos de la Enfermedad de Alzheimer

Domingo 5 de diciembre de 2010



Tratamientos Farmacológicos de la Enfermedad de Alzheimer





Universidad Internacional de las Américas
Autora: Isabel Carballo Vargas
III Cuatrimestre




            Hasta la actualidad, no ha sido posible encontrar la cura para la Enfermedad de Alzheimer; sólo ha sido posible retardar su proceso pero no detenerlo, ni mucho menos restaurar las funciones que han sido deterioradas.

            El tratamiento para esta enfermedad debe actuar tanto sobre los síntomas  cognitivos como en los conductuales; para lo cual es necesario ejercer tanto un tratamiento farmacológico como no farmacológico.

            Ambas terapias tienen por objetivo:

·         Retrasar el deterioro.
·         Recuperar las funciones perdidas o mantenerlas conservadas.
·         Disminuir las deficiencias cognitivas y las alteraciones conductuales, afectivas o psicóticas.
·         Mejorar la calidad de vida.
( 1 )
            Los tratamientos farmacológicos ejercen su acción al intervenir en la neuroquímica del cerebro. Para la elección del fármaco a utilizar se debe considerar:

  • La eficacia del fármaco; produciendo mejorías en cuanto a la cognición y la conducta.
  • Los ensayos clínicos deben asegurar que el fármaco produce la mínima cantidad de efectos secundarios.
  • Costo monetario accesible.
                                                                   

Figura I. Los ensayos clínicos deben asegurar la mínima cantidad de efectos secundarios del fármaco

Los tratamientos farmacológicos de los síntomas cognitivos se definen como: “los síntomas que involucran la perdida de memoria (tanto fijación como evocación) y otros trastornos cognitivos ( tales como apraxia, afasia, agnosia y otras alteraciones en funcionamiento ejecutivo)
(Mace et al 1997)

            Los inhibidores de acetilcolinesterasa son los principales medicamentos que se vienen utilizando para el control paliativo de los síntomas cognitivos. Estos tienen como objetivo incrementar los niveles de acetilcolina y mejorar su neurotransmisión, tratando de preservar la cognición en pacientes con Alzheimer. ( 1 )

            Este tipo de fármacos constituyen el tratamiento de mayor elección para la enfermedad,  pues son los únicos medicamentos que han demostrado su eficacia sobre las alteraciones cognitivas y funcionales del Alzheimer. Entre los inhibidores de acetilcolinesterasa se pueden encontrar:

  • Donepezilo
  • Rivastigmina
  • Galantamina
                                  

Figura II. Recorrido que realizan los inhibidores de acetilcolinesterasa para incrementar los niveles de acetilcolina y  mejorar su neurotransmición.

Por otra parte, este tipo de enfermedad necesita de diversas orientaciones terapéuticas medicamentosas sintomáticas,  las cuales serán mostradas a continuación:

Antioxidantes: dentro de este grupo se pueden encontrar; la vitamina E (la cual no tiene efectos adversos, por lo que es la más recomendada),  la seleginina y el bifemelano (II).

Estrógenos: estas hormonas aún están siendo probadas en laboratorios para confirmar su acción, sobre el aumento de la colina acetil transferasa en corteza frontal, amígdalas e hipocampo.

Antiinflamatorios: se estudia la acción preventiva y terapéutica de los antiinflamatorios no esteroides ( como por ejemplo: la aspirina, el ibuprofeno y los esteroideos), ya que su uso parece disminuir el riesgo de padecer Alzheimer.

Antipsicóticos: se dividen en típicos (haloperidol, tioridazina y levomepromazina, cuya función es bloquear los receptores depaminérgicos D2) y atípicos (antipsicóticos de nueva generación: clozapina, risperidona, olanzapina y quetiapina. Su principal función es el bloqueo serotonérgico y dopaminérgico, controlando la sintomatología psicótica, transtonos psicoafectivos y el sueño). ( 2 )

Benzodiazepinas: no son tan efectivas como los antipsicóticos para disminuir los síntomas de alteración de conducta. La más recomendada es 3-hidroxi-benzodiasepinas. (2)

Antidepresivos: no mejoran los trastornos cognitivos, pero sí ayudan a corregir la depresión.

            A menudo  las mejoras que presentan los pacientes en su estado de ánimo son muy difíciles de percibir, aún por las personas que conviven con ellos diariamente. Sin embargo, los fármacos utilizados están actuando para retrasar la progresión de la enfermedad.

Bibliografía

1. Autor desconocido. 2010. Neurología. En línea. Fecha de consulta 21/11/10. Disponible en: http://www.iqb.es/neurologia/enfermedades/alzheimer/enfermedadpaciente/
e001.htm

2. Gonzáles, R. A. 2000. Enfermedad de Alzheimer. Editorial Masson. Madrid, España.

3. Mace, N., Rabins, P. 1997.Cuando el día tiene 36 horas. Editorial Pax. México, México D.F.         

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